La felicidad no es un lugar al que llegar, es un camino que construimos día a día. Y en ese recorrido, hay cinco pilares que nos sostienen y nos llenan de propósito:

Amor: Amar y sentirnos amados es el motor de nuestras vidas. Desde el amor propio hasta el amor hacia los demás, este sentimiento nos conecta con lo más esencial.
Trabajo con propósito: Más allá de lo que hacemos para vivir, se trata de encontrar aquello que nos impulsa a crecer y nos llena de satisfacción.
Cultura y aprendizaje: Descubrir, explorar y abrir la mente nos permite vivir con curiosidad, creatividad y un sentido renovado de asombro.
Amistad: Las relaciones genuinas nos recuerdan que no estamos solos. El apoyo y la conexión con otros son esenciales para nuestra alegría.
Perdonarnos: Ser amables con nosotros mismos, aceptar nuestros errores y liberar el peso del pasado nos permite avanzar con ligereza y confianza.

La felicidad no es un gran logro, sino la suma de pequeños hábitos que cultivamos cada día. Reflexiona: ¿Cuál de estos pilares necesitas reforzar en tu vida?

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